El pensamiento moral de Manuel Belgrano
El pensamiento moral de Manuel Belgrano
El general Manuel Belgrano, a lo largo de su extensa obra, nos deja un legado económico, social, educativo, político y militar. Los más importantes, sin embargo, son los valores morales y su amor por la Patria, como así también, nos los han transmitido otros grandes Próceres. Belgrano era el más completo por su visión de futuro y por su desarrollo de la dimensión del conocimiento en amplias áreas. Como vimos en el Capítulo anterior, este hombre nació frente al convento de Santo Domingo –en Buenos Aires–, en el seno de una familia de una buena posición económica. Pero por su pasión por el bien común, luego de dedicar su vida por nuestra Patria, muere en esa misma casa en la extrema pobreza; demostrando la sencillez y la innegociable lucha por la libertad y el bienestar del su pueblo.
Además también demuestra valores humanos a sus rivales: a fin de terminar con la “maldita guerra civil”, como él la llamaba en la carta que le escribió a Pio Tristán –amigo, pero rival a la vez, ya que pertenecía al ejército realista-, para pedirle que intercediera ante el general Goyeneche para acabar con la guerra civil que los destruía. En esa carta, fechada el 26 de abril de 1812, nuestro Prócer advierte “Tú me hablas de cosas pasadas que ya no tienen remedio, que nos sirvan esas de lección para lo presente y lo futuro y tratemos de seguir buenas huellas, busquémoslas y dirijamos nuestros conatos a cimentar la felicidad de nuestra Patria con solidez: mi norte ha sido siempre la razón y la justicia y no dudes que ejecutaré cuanto esté a mis alcances para conseguir un fin tan justo” .
Por su formación intelectual, contactos en España y en el Virreinato es muy probable que un hombre de estas características hubiera tenido un pasar económico y social con un gran desarrollo personal. Pero él era distinto, una persona que difícilmente se encuentre en esta tierra; amaba tanto a la Patria y a su pueblo que por ello decidió dedicar su vida a su mejoramiento. Luego de concluir sus estudios en la madre patria, en ese sentido, afirmó “Confieso que mi aplicación no la contraje tanto a la carrera que había ido a aprender” –fue a España por la carrera de abogado-, “como al estudio de los idiomas vivos, de la economía, la política y el derecho público, y que en los primeros momentos que tuve la suerte de encontrar hombres amantes del bien público que me manifestaron sus útiles ideas, se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiese al progreso general, y adquirir renombre con mis propios trabajos hacia tan importante objeto, dirigiéndonos particularmente a favor de mi Patria”.
Ese hombre era Manuel Belgrano, el que no hallaba medio entre salvar a la Patria o morir con honor; quien dejó las bases morales para el crecimiento, la industria y el comercio; quien dejó en su legado un espíritu de libertad inquebrantable y el honor de luchar por esa causa en unión de los nacionales para el progreso del pueblo. En este ensayo, conocerán, mínimamente, una introducción de lo grande que es Manuel Belgrano. Sugiero, entonces, profundizar en los trabajos de calidad de los historiadores, profesores, institutos y, por supuesto, del Instituto Nacional Belgraniano de importantísima acción para mantener viva la obra completa del Prócer y difundirla. Para finalizar este punto, es importante destacar aquella carta que le escribe a Bernardino Rivadavia el 15 de Abril de 1813 desde su amada Jujuy, en donde expresa otra base de su pensamiento moral: “Nadie me separará de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la Patria amada, y como este solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos y vendrá la satisfacción de complacer a Usted”. Un hombre que renunció a los honores, a su sueldo de vocal y a sus premios – por ganar el hoy Norte argentino-, para donarlos a la construcción de las escuelas de esta región; un hombre que nunca permitió la censura, ni nadie pudo callar sus pensamientos más profundos en defensa de la igualdad y de la libertad. Su humildad se refleja en cada escrito y en cada máxima porque su objetivo indiscutible era el bien común; no el poder, ni el dinero, ni los cargos. Destacó: “No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me remuerda”. Sus palabras siempre se transformaban en realidad; en su obra nunca existió ni la utilización política de las situaciones, ni el oportunismo del poder. Cabe subrayar que, el 15 de Noviembre 1811, el General, una vez más, demostró al pueblo, su valor moral: “Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen”. Fue otro gran Padre de la Patria, el General José de San Martin, quien el 12 de Marzo de 1816 en las vísperas al Congreso de Tucumán, reconoce a las claras su aprecio por Manuel Belgrano al destacar “En el caso de nombrar quien deba reemplazar a Rondeau, yo me decido por Belgrano: éste es el más metódico de los que conozco en nuestra América lleno de integridad, y talento natural: no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia pero créame usted que es lo mejor que tenemos en la América del Sur”. Manuel Belgrano ha sido uno de los grandes hombres de la historia de la América del Sur, reconocido como ferviente defensor de la libertad de prensa, del acceso a la información y de la libertad de expresión. Si bien vale destacar que en la base de su obra siempre ha estado la educación pública, esta no es más que una herramienta de gran potencia frente a los atropellos de las libertades. Él, también periodista, ha marcado un hito histórico en la defensa de la comunicación pública y en el acceso a la información, como director del periódico llamado “Correo de Comercio”. Quartaruolo, uno de los grandes historiadores y estudiosos de la vida del General, afirmaba que su pensamiento estaba inspirado en las ideas de avanzada del Siglo XVIII, esto es, en el Iluminismo -los seguidores de este movimiento venían a iluminar el mundo en tinieblas, pertenecían al siglo de la luz-. En el “ilumnios progeno” se proclamaba la libertad en lo político. Sus pensamientos de igualdad y de crecimiento del prójimo -tanto espiritual como económico-, fueron los que iluminaron su obra y, por ende, brillan en su legado.
Coincido, entonces, con el profesor Quaratuolo quien afirmaba que “Belgrano se preocupará por el prójimo y demostrará que los sentimientos humanitarios pueden existir dentro de cualquier sistema filosófico, cuando se cree en los Evangelios”. En este sentido, el mencionado autor sostiene que Belgrano no fue liberal puro, pues resultó ecléctico por influencia española e italiana y por sus íntimas convicciones sociales. En el Correo de Comercio, así mismo, se pueden observar publicaciones que orientan el sentido humano de su pensamiento político y su constante preocupación por el prójimo. En el Nro. 26 del sábado 25 de agosto de 1810, en este diario, un autor misterioso bajo el nombre de “Almada” advierte, con claridad directa, reflexiones muy parecidas al pensamiento del Prócer: “Seguiremos ciegos la trillada senda que nos abrieron nuestros padres y no nos atrevemos a apartar los ejes de ella temerosos de encontrar un precipicio a cada paso. Por una falta de resolución semejante se nos hacen impracticables las cosas más triviales y nos ponemos al nivel de aquellos pueblos bárbaros, ciegos adoradores de las máximas antiguas. Esta detestable servidumbre, cuando solo toco en las coas de opinión puede hacernos supersticiosos y groseros; pero cuando se roza con nuestros intereses, con nuestra comodidad y subsistencia no para hasta hacernos desdichados e infelices”
Cabe señalar que el legado de Belgrano tiene una vigencia absoluta en la actualidad en todas sus dimensiones , políticas , sociales , económicas, educativas , de desarrollo , industrial , comercio , agro . Es decir su obra encontramos la solución a grandes problemas históricos de la Argentina cuyo epicento es la educación – para para el pueblo no caída en la ignorancia y sometimiento de la esclavitud económica e intelectual – , El nos afirma en su autobiografía que “no hizo otra cosa que echar semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos, ya que, porque algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya que porque el orden mismo de las cosas las hiciera germinar.”
Extracto de libro “Manuel Belgrano , Iluminando nuestra patria” Diego Migliorisi , 2020, DFM.
Diego Migliorisi