Campo Argentino corazón de nuestra patria

Toda nación para lograr prosperidad requiere una planificación a mediano y largo plazo donde todos los actores sociales, económicos y estatales tiren para el mismo lado en beneficios de crecimiento de la patria.

Cuando unos viven de los otros o cuando el estado no brinda las herramientas para colaborar con el crecimiento productivo y económico, no existe equidad y se agravan las diferencias.

La Republica Argentina es unos de los países con mas llanura del mundo – donde lamentablemente el ferrocarril no es el principal transporte ( http://diegomigliorisi.com/ferrocarril-argentino/  ) donde la educación y las escuelas de oficios no son prioridad para el desarrollo económico local – http://diegomigliorisi.com/la-educacion-olvidada/ – y siendo el campo uno de los pilares fundamentales la economía nacional  ,generadora de empleos y uno los sectores que mas exporta del país , siempre ha sido atacado y agobiado por los poderes de turno desde que se tenga memoria. No estoy hablando de tierras improductivas, a las que incluso se les cobra ganancia presunta, si no al pequeño y mediano productor, que trabaja de sol a sol con los riesgos climatológicos  y economicos que pueden llevar a perder años de trabajo.

El campo no solo produce alimentos para la Argentina, cuya carga impositiva y fletes puede  representar hasta el 65% del precio del producto, sino que representa uno de los mayores  ingresos anuales de dólares genuinos a las arcas del estado. Es indispensable esa inseparable alianza entre el campo, la industria y el comercio, es allí donde la nación crece en forma igualitaria. A colación de ello, hace unos años redacte un breve borrador sobre como llegar a aquella Argentina productiva e industrializada que sonaron los padres de la patria y la compart0 en el siguiente link: http://diegomigliorisi.com/el-gran-reino-agricultor-para-lograr-una-argentina-potencia/

Belgrano lucho toda su vida por esa alianza y en su legado nos dejo los siguientes consejos:

  • “Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres objetos que deben ocupar la atención y cuidado.” (3ª Memoria Consular, 1796)
  • . “Todas las Naciones cultas se esmeran en que sus materias primeras no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no solo el darles nueva forma, sino aún atraer las del Extranjero para ejecutar lo mismo, y después vendérselas” … (Memoria Consular del 14 de junio de 1802).
  • Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente, la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute.
  • Es el verdadero país de la felicidad, pues en él se encontrará1 la verdadera riqueza, será bien poblado y tendrá los medios de subsistencia.
  • El Estado debe complementar la labor de los particulares evitan sofocarlos con gravámenes, construyendo y conservando caminos, canales, muelles.
  • Hasta poco tiempo ha no se ha exportado otro fruto de este país que el cuero, y acaso ha faltado gente para esta faena, ¿se ha despreciado por ninguno este trabajo?
  • No vivamos de la persuasión de que jamás será esto otra cosa, y de que la abundancia es el castigo que el Todopoderoso ha dado a este país, así como a otros la escasez, pues el hombre por su naturaleza aspira a lo mejor, por consiguiente, desea tener más comodidades, y no se contenta sólo con comer.
  • “Que el impuesto no sea destructivo o desproporcionado a la masa del producto de la nación, que el aumento siga el del producto y que se establezca inmediatamente sobre el producto neto de los bienes raíces y no sobre el jornal de los hombres, ni sobre los comestibles; pues multiplicaría los gastos de la percepción, perjudicaría al comercio y destruiría anualmente una parte de las riquezas de la nación. Que tampoco se imponga sobre las riquezas de los arrendadores de bienes raíces, porque los adelantamientos de la agricultura de un reino (el reino agricultor) deben mirarse como cosa raíz, que es necesario conservar preciosamente para la producción del impuesto, del producto y de la subsistencia de todas las clases de ciudadanos:
  • De otro modo, el impuesto degenera en despojo y causa una deterioración, que arruina prontamente al estado “.