Un soberbio con poder esta a un paso de ser un dictador. Dirigente o líder político que ignora al pueblo, que solo lo usa para exigir su voto y luego lo olvida, se transforma en fraude, en un engaño al electorado cansado de escuchar retorica de campaña que nunca se cumple.

En lo años electorales, unos meses antes de las elecciones, aparecen los desesperados en intentar posicionarse, caer bien a la gente, hacer lo imposible para no quedar afuera de los flashes y cámaras.

En tiempos electorales, el dirigente soberbio, se transforma en una persona amable, empática, queriendo demostrar que escucha al pueblo y que no tiene reparos en bajar a la realidad para estar con sus pares y sus posibles futuros representados / empleadores. Cuando la burbuja electoral terminada, el ciudadano se transforma en un numero que poco importa.

Presidentes, gobernadores, gobernadoras, disputados, senadores, concejales e intendentes se convertirán a través de “filtradores “– empleados pagados por todo el pueblo argentino – en rechazadores seriales de audiencias, pedidos de reuniones e intentos trasladar propuestas.  Por eso no todo es lo que parece en campaña, una cara sonriente que te toca la puerta en campaña, se peude convertir rápidamente en alguien despreciativo que pasa a considerar un ciudadano de segunda o un súbdito. No todos son iguales en la gran mayoría el poder, el llegar a cargos ciega al ciudadano.

La soberbia, los egocentrismos, la falta de humildad, el desinterés por el prójimo es en grandes rasgos la descripción de la política argentina, donde el oportunismo es moneda corriente.  Es decir, depende en que lado se encuentren unos se creen los dueños y otros los salvadores de la patria. Claro esta que existen excepciones y estas deber servir como ejemplo para el proceder de los representantes públicos.

Falta espíritu patriótico en gran parte de la política argentina, falta pensar y proyectar para las futuras generaciones no solo pensar en ganar la próxima elección.

“Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.”
“El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre.”}

“El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.”

“Yo espero que los buenos ciudadanos de estas tierras trabajarán para remediar sus desgracias. ¡Aypatria mía!”.